COCAINA
El pesquero interceptado en el Atlántico con 3.400 kilogramos de cocaína llegará a Vigo entre la noche de este miércoles y la mañana del jueves, según indicó el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, quien señaló que se trata de previsiones en función de las circunstancias del mar, pues el buque está siendo remolcado.
Según explicó
Juárez, en declaraciones a los medios en Vigo, los registros y
pesajes así como otras labores se realizarán en la mañana del
jueves. De igual forma, recordó que a bordo del pesquero van los
cinco tripulantes que fueron detenidos, el patrón --de nacionalidad
coreana-- y cuatro marineros --de nacionalidad indonesia--
La embarcación fue abordada por agentes del GEO del Cuerpo Nacional de la Policía y está siendo trasladada al Puerto de Vigo por el buque 'Petrel' de la Agencia Tributaria. En el dispositivo policial se detuvo a 19 personas en Galicia y, en alta mar, a los 5 tripulantes del barco. De ellos, 17 han ingresado ya en prisión por orden judicial.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, asistirá el jueves a la llegada del pesquero interceptado en aguas del Atlántico con más de 3.400 kilos de cocaína.
La embarcación fue abordada por agentes del GEO del Cuerpo Nacional de la Policía y está siendo trasladada al Puerto de Vigo por el buque 'Petrel' de la Agencia Tributaria. En el dispositivo policial se detuvo a 19 personas en Galicia y, en alta mar, a los 5 tripulantes del barco. De ellos, 17 han ingresado ya en prisión por orden judicial.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, asistirá el jueves a la llegada del pesquero interceptado en aguas del Atlántico con más de 3.400 kilos de cocaína.
MARIHUANA
Como
los momentos Kodak de hace algunos años, antes de que desapareciera
la empresa neoyorquina fundada por George Eastman, en los últimos
días hemos atestiguado la aparición de cuatro momentos marihuana
relativos a la tendencia creciente hacia la despenalización o
legalización de dicha sustancia. Se suman a varios momentos
anteriores ya conocidos.
El primero
consiste en la presentación y discusión, durante la Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en
Antigua, Guatemala, de un documento de gran relevancia titulado El
problema de las drogas en las Américas. Elaborado por un amplio
número de expertos de casi todos los países miembros de la OEA, el
texto, dividido en dos partes —una, analítica y notable; otra de
escenarios, breve y exasperante— constituye un hito en el debate
hemisférico sobre las drogas. Nos proporciona una información o
base de datos compartida o prácticamente consensual. Encierra la
enorme ventaja de desmenuzar el problema de manera sumamente
atractiva: por países (productores, de tránsito, consumidores o que
agrupan más de una de estas características); por estupefacientes
(marihuana, cocaína, heroína, drogas sintéticas), por nexos, o
ausencia de ellos, entre cada una de estas sustancias ilícitas; y
por los efectos o consecuencias del tráfico, producción o consumo
de cada una de estas sustancias, para las sociedades, las
instituciones y las relaciones internacionales. Por último, como
alternativa a la salida de la guerra contra las drogas presenta la
despenalización como una opción legítima, razonable y factible,
aunque no la recomienda como tal. Es un paso adelante inicial, y
enorme.El segundo momento cannabis se produjo en los Estados norteamericanos de Washington y Colorado, al publicarse las legislaciones secundarias o detalles de regulación de las iniciativas populares de legalización de la producción, venta y consumo de marihuana aprobadas en noviembre del año pasado, y que entrarán en vigor el 1 de julio. En dichos documentos, extensos y detallados, se contemplan los elementos necesarios y para la puesta en práctica de estas decisiones: la prohibición del consumo para menores; castigos para la conducción de vehículos bajo efectos de la marihuana; los impuestos que se van a cobrar y recaudar; las restricciones para personas no residentes en estos Estados. Seguramente habrá mucho de experimentación en ambas entidades, ya que por definición están navegando en mares desconocidos. Lo importante es que el proceso sigue adelante y que el Gobierno de Barack Obama no solo no se ha opuesto al mismo, sino que ha manifestado al respecto una elocuente indiferencia.
El tercer momento reciente de la marihuana consistió en las decisiones tomadas en dos de los Estados más ricos y poblados de EE UU, a saber, Illinois y Nueva York, donde de manera distinta y aún incompleta, se avanzó en la legalización de la marihuana para fines médicos. En Nueva York, la Cámara baja de la legislatura estatal aprobó dicha medida; falta ahora que lo haga el Senado y no es necesariamente pan comido. En Illinois, ambas Cámaras aprobaron una autorización muy restringida de la marihuana para fines médicos, y el gobernador aún no decide si la firma o la veta. En cualquier caso, si los acontecimientos se precipitan en estas dos entidades, ya serán 22 Estados de la Unión Americana donde se permite el uso terapéutico de cannabis. Estaremos a tres Estados de la mitad del total.
Por último, la organización Human Rights Watch (de cuyo Consejo de Administración soy miembro desde hace 10 años) hizo pública, en vísperas de la reunión de la OEA en Guatemala, una postura a favor de la despenalización de todas las drogas, sin entrar en el detalle de la producción y la venta. Lo hizo invocando criterios de derecho internacional de los derechos humanos, y de derechos humanos fundamentales consagrados en instrumentos internacionales o en legislaciones nacionales. Cito los párrafos más importantes: “Aplicar sanciones penales por el consumo o la tenencia de drogas para uso personal implica cercenar la autonomía y el derecho a la privacidad de estas personas. El derecho a la privacidad se encuentra ampliamente reconocido en el derecho internacional, tanto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Las restricciones a la autonomía y la privacidad no son justificables, a menos que reúnan los siguientes criterios que se exigen para la limitación de derechos fundamentales: finalidad legítima, proporcionalidad, necesidad y no discriminación. Si bien proteger la salud es un objetivo gubernamental legítimo, criminalizar el consumo de drogas para evitar que las personas se provoquen un daño a sí mismas no cumple con los criterios de necesidad ni proporcionalidad”.
Hay dos prietitos en el arroz en todos estos sucesos: la posición de gran parte de la izquierda latinoamericana en el debate de la OEA, tanto en la presentación del documento como en la asamblea y en particular de Brasil; y la ausencia de México entre los países de vanguardia (Colombia, Guatemala, Costa Rica, Uruguay) que encabezan este esfuerzo.
Por otra parte, el presidente de Nicaragua rechazó categóricamente cualquier acercamiento a la despenalización, siguiendo la postura de “sangre y fuego contra el narco” de Raúl Castro. Venezuela y Brasil no dijeron esta boca es mía; Ecuador y Bolivia manifestaron posiciones más interesantes y matizadas, sin más. Solo José Mujica, de Uruguay, se mostró verdaderamente partidario de una legislación liberal. Está solo entre sus pares de izquierda. Es de lamentarse.
Por otra parte, Enrique Peña Nieto, de México, se opone rotunda y retóricamente a la despenalización, pero en los hechos es posible que su Gobierno resulte más flexible. No obstante, sería deseable que mostrara en este terreno el mismo pragmatismo y la misma frescura que le hemos visto en otros ámbitos de su gestión hasta ahora.
DISPOSITIVO
POLICIAL EN LA ZONA FRANCA CONTRA EL TRAFICO DE DROGAS
Este golpe contra el tráfico de drogas, dirigido por un juzgado de Barcelona, ha movilizado un amplio dispositivo de mossos, que han practicado una decena de detenciones y registros en domicilios en busca de drogas, dinero en efectivo y otras pruebas relacionadas con delitos contra la salud pública.
Luisa, la matriarca del clan Jodorovich, históricamente vinculado con el tráfico de drogas en la Zona Franca de Barcelona, ha desvinculado este golpe contra el narcotráfico de su familia, algunos de cuyos miembros residen en los edificios registrados por la policía. Varios integrantes del conocido clan Jodorovich fueron condenados en 2011 por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, pero el Tribunal Supremo los absolvió hace unos meses al declarar nulas las intervenciones telefónicas y registros domiciliarios en que se basaba la sentencia.
En la operación han participado decenas de efectivos de la policía catalana, pertenecientes al Grupo Especial de Intervención (GEI) y al Area de Recursos Operativos (Arro) de los Mossos d'Esquadra, mientras que un helicóptero de la policía catalana la ha supervisado desde del aire.
Javier
Montoro Díaz
Ismael
Díaz Romero
Francisco
Javier Vizuete Torralbo
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